Tillsammans (2000)
Título Internacional: Together
DIRECTOR: Lukas Moodysson
PAÍS: Suecia
AÑO: 2000
REPARTO: Lisa Lindgren (Elisabeth), Michael Nyqvist (Rolf) , Emma Samuelsson (Eva)
Tillsammans (“Juntos” en español) es la segunda película del poeta y director sueco Lukas Moodysson. La película desnuda las contradicciones en la convivencia de un colectivo de jóvenes revolucionarios y hippies vegetarianos en los años setenta. Tillsammans nos introduce a este mundo de manera íntima y divertida, utilizando un humor incisivo. No pretende aleccionar pero inevitablemente convoca la reflexión sobre algunos tópicos respecto de los colectivos libertarios.
La película es una comedia realista con elementos dramáticos que se apoya en un sólido guión escrito por Moodysson. Aunque hay algo de arquetípicos en algunos personajes, el relato es totalmente creíble y termina seduciendo al espectador. Hay diálogos exquisitos y escenas descabelladas como la protagonizada por Erik, aspirante a teórico maoísta, que pretende predicar el comunismo en las puertas del Palacio Real y en mitad de la noche.
En la Europa de los setenta estaba de moda el maoísmo. Suecia tenía muy cerca la realidad de URSS para considerarlo un modelo y a los comunistas se los consideraba aburguesados. Profundamente politizados eran estos ambientes de casas colectivos que Moodysson retrata en Tillsammans. Lugares que el propio director habitó.
“Juntos” es el nombre de esta comunidad que mantiene unidos a hippies, feministas, homosexuales y comunistas y en la cual hay orgullo y ganas de ser y vivir de manera diferente a las normas de la sociedad dominante. El merito del film es lograr un registro profundamente humano y de este modo, con ternura y calidez, poder reír y criticar también esta forma de vida.
En Tillsammans hay algo de parodia a todo ese mundo de jóvenes radicales que a nombre de grandes verdades ponen en práctica un programa de vida que lejos de romper la lógica de la opresión conducen a nuevos mecanismos opresivos, en el caso de Tillsammans, contra los niños del colectivo, la minoría dentro de la minoría.
Rebelión en la casa
La trama de Tillsammans narra también el desarrollo de la amistad entre un grupo de niños que poco a poco van liberando su deseo por ser “niños normales”. Niños que reivindican ver televisión, comer carne y jugar a la guerra. “Ahora yo quiero ser Pinochet”, dice uno de los menores mientras juega a “torturar a un prisionero”.
“Tillsammans” por momentos recuerda La Chinoise (1967) de Jean Luc Godard, película que predijo en cierta forma el “Mayo del 68” y que retrataba el clima psicológico de la preparación política de los estudiantes universitarios maoístas de Paris de la época.
El cine y los movimientos estudiantiles de los sesenta mantuvieron una relación muy intensa y fructífera. Los colectivos de cineastas decididos a producir obras dirigidas a la agitación política y social abundaron, destacando el Grupo Dziga Vértov ( homenaje al director de “El hombre con la cámara”) y el grupo liderado por Chris Marker, el Grupo Medvedkine.
El cine de Lukas Moodysson ha tenido un reconocido impacto en la sociedad sueca. “Fucking Àmàl”, su primera película de 1998, puso en el debate público el tema de sexualidad juvenil y el amor adolescente homosexual. Después de “Juntos” (2000), en “Lilja 4-ever” (2002) Moodysson denunció la explotación sexual de jóvenes mujeres traídas por las mafias de Europa Oriental y Rusia para ser prostituidas en Suecia. Una película tremenda. Lo que caracteriza a este director nacido en Malmo es precisamente atreverse a hablar de lo que la muchos prefieren ignorar.
Una versión mucho menos idílica de la juventud políticamente comprometida y del movimiento estudiantil, es la película argentina “La noche de los lápices “(1986), de Héctor Olivera. El 16 de septiembre de 1976, en la ciudad argentina de La Plata los grupos represivos de la dictadura militar secuestraron diez estudiantes adolescentes. La versión cinematográfica narra la pesadilla que estos jóvenes sufrieron en los campos de tortura y represión.
Las fantasías revolucionarias de una juventud europea bien educada y bien alimentada contrastan con la realidad dolorosa y horrible de lo que significa para una sociedad sufrir las consecuencias de la violencia política y el terrorismo de Estado. Quizás estas películas, de lo que podríamos llamar el sub-género: “Estudiantes y Movimientos Juveniles” puedan servir para comprender mejor una época caracterizada por la intolerancia.
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