miércoles, 20 de marzo de 2013

“Påvens Cumbia” och den argentinska stoltheten



Av Jaime Penela

Den gamla rivaliteten mellan Argentina och Brasilien har vaknat till liv igen. Argentinarna, som är trötta på att brasilianarna jämt vinner i allt (fotboll, ekonomi, omvärldens prestige...) har äntligen fått något att vara stolta över i den nya påven Franciskus. I den argentinska tv-showen “Peligro sin codificar” sjöng häromdagen några män utklädda till kardinaler en svängande cumbia till påvens ära. “Brasilienare, brasilienare, vad deppig du ser ut! Vi har Frasse den första, han är större än Pelé” lyder refrängen. 

miércoles, 13 de marzo de 2013

En latinamerikansk påve




Jorge Mario Bergoglio, från och med nu påve Franciskus I, kommer från Argentina. 
Det känns ovant för en latinamerikan. Oftast är det européer som sitter på de viktiga posterna, men kanske världen håller på att förändras? 

Jag läste de första reaktionerna i sociala medier från Argentina och Chile: Många frågar sig vilket fotbollslag han hejar på. Det finns också dem som anklagar honom för att vara homofob, och för att ha stöttat Argentinas militärdiktatur under sjuttiotalet. Det låter som en typiskt latinamerikansk påve!


P.S. Den nya påven hejar på San Lorenzo de Almagro



Av Jaime Penela

domingo, 10 de marzo de 2013




Latinamerika I populismI Hugo Chávez

Av Jaime Penela

Den politiska effekten av Hugo Chávez död kan tolkas som att en ny myt har fötts i Latinamerikas historias.
Chávez, hjälten, de fattigas mästare, den sjungande starke mannen. Den latinamerikanska populismen har fått ett nytt helgon.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Hugo Chávez: Tyrann eller hjälte?

Jag kan förstår varför det finns många venezuelaner som firar att Hugo Chavez har dött. När Pinochet  dog det också chilenare som firade. Chavez var en typ av ledare som skapade mycket hat och polarisering bland folket.

domingo, 24 de febrero de 2013



No, hasta vencer en Hollywood!
Por Jaime Penela

El cine chileno vive un momento único: “NO, la película”, (2012) de Pablo Larraín compite en la categoría “Mejor Película Extranjera” en los Premios Óscar y aunque la lucha es dura contra cintas del nivel de “Amour” de Michaell Haneke o la noruega “Kon-Tiki”, hay ilusión entre los chilenos por llevar a casa algo más que la nominación.

NO” está inspirada en el libro de Antonio Skármeta “Los días del arcoíris”. El guión fue escrito por el Pedro Peirano, conocido por sus trabajos como creador de las series “31 Minutos” y “Plan Z”. El film narra la dinámica de elaboración publicitaria de la “Campaña del NO”, que en 1988 jugó un papel clave en el proceso político para la transición de dictadura a democracia. Se trata de una película llena de nostalgia de un momento mágico y épico de la historia política chilena.

Filmada exclusivamente en un formato actualmente desaparecido, el U-matic 3:4, la película logra reconstruir el ambiente del Chile de finales de la década ochentera. El aspecto técnico es notable ya que realidad documental y ficción logran convivir y mezclarse hasta “engañar” al espectador menos ducho.

Algunas de las escenas de “NO” logran una fuerza evocadora sublime llegando a su punto máximo en las imágenes que reproducen el ayer y el hoy con los artistas que efectivamente formaron parte de la Campaña del No, especialmente la escena en que Isabel, Javiera y Tita Parra, Cecilia Echeñique y Tati Penna interpretan “No lo quiero, No”.

En “NO” subyacen diferentes lecturas políticas y esto ha incentivado un debate sobre la biografía colectiva de los chilenos. La película ha recibido muchas críticas de sectores que se han sentido ausentes o maltratados. La paradoja que plantea el film es que Pinochet fue derrotado a través de herramientas como la publicidad, cuestión que revive la vieja discusión sobre los “fines y los medios” en política.

Del “No hasta vencer”

La Constitución que Pinochet impuso a los chilenos en 1980 establecía que en 1988 se debía realizar un plebiscito para determinar si el líder de la dictadura continuaría por ocho años más en el poder o se convocaba a elecciones libres. Como parte de ese plebiscito, la ley establecía que los y las electores debían elegir entre la opción “SI” o “NO” y que además de las tradicionales campañas, cada opción disponía de 15 minutos en televisión en el horario de 22.45.

La dictadura partía de la premisa que “nadie iba a ver televisión en un horario trasnoche” y que esos 15 minutos de la oposición serian irrelevantes considerando que el régimen controlaba la programación de los medios estratégicos. Menudo error, esos 15 minutos cambiaron la historia de Chile, porque el impacto de la Campaña del NO fue de una magnitud nunca antes vista en la comunicación política.

En 1988 la izquierda ligada al Partido Comunista (PC) y el MDP habían fracasado en su estrategia para derrotar a la dictadura a través de la movilización callejera y contaban con un apoyo social limitado. En ese contexto es que se abre la posibilidad de participar en un plebiscito que legitimaría la Constitución de Pinochet. La idea fue rechazada por la mayoría de la izquierda, sin embargo, iniciada la campaña del NO y ante el evidente éxito y aprobación ciudadana, el PC se sumó al proceso algunas semanas antes del trascendental plebiscito del 5 de octubre de 1988. Precisamente de este sector y de la derecha vienen los cuestionamientos a película.

Alfredo Castro, consagrado actor chileno, interpreta en “NO” a “Lucho Guzmán”, un oportunista empresario de publicidad y hombre detrás de la campaña del SI a Pinochet. Castro a respondido a las críticas en Radio Cooperativa: “Yo sé que el mundo de la izquierda está molesto con la película porque no se reflejó a los partidos políticos, pero eso para otro director, para otra película. Pablo Larraín hizo una película que trata el tema ético, la disputa ética entre el mundo político y el mundo de la publicidad”.

La actriz Antonia Zegers, Verónica en el film, declaró a Radio Cooperativa, que el rechazo a la película y las malas críticas tienen que ver con un fenómeno muy arraigado en la cultura chilena: “Es una paradoja que en Chile el reconocimiento siempre viene primero en el extranjero. Tenemos un historial muy suculento de artistas que les va muy bien fuera del país y muy mal acá, Gabriela Mistral, Huidobro, Neruda, Ruiz, Patricio Guzmán, etc”. “Es triste porque se podría decir que es casi nuestra idiosincrasia. Cuesta tener la generosidad de mirar con ojos limpios. Hay una mezquindad que nos ha acompañado en toda la historia, señaló Antonia Zegers.

No, la película” no ha dejado indiferente a nadie y su contribución al debate es importante porque permite a los jóvenes conocer aspectos de la historia reciente de Chile y ofrece la oportunidad de debatir sobre el cuestionado proceso de transición a la democracia y sus consecuencias en el Chile actual.

Este 24 de febrero la mirada de los chilenos estará puesta en la ceremonia de los Premios Óscar y por fin sabremos si la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood premia la película chilena, si el NO logra vencer, como lo ocurrió el 5 de octubre de 1988.  

jueves, 29 de noviembre de 2012




7 Cajas” del Paraguay
Por Jaime Penela

Hubo una época en que el cine de Latinoamérica era sinónimo de aburrido. Hasta la década de los noventa el único país en el que se podían ver ciclos y muestras de películas latinoamericanas era España, porque los latinoamericanos no miraban películas de otros países de la región y la razón fundamental era que se las consideraba lentas, aburridas y de mala calidad. El cine latinoamericano, con justicia o no, se había ganado la fama de técnicamente deficiente, con malos montajes y pésimo sonido, y además con la tendencia a contenidos políticamente militantes.

Todo eso es el pasado, desde la irrupción del llamado “Nuevo Cine Mexicano” con películas tales como “Amores Perros” (2000) de Alejandro González Iñarritu o “Y tu mamá también” (2001) de Alfonso Cuarón, la producción en “nuestra América” se ha ganado un posición nueva y expectante en la cinematografía mundial. La sección “Latin Vision” de la última versión del Festival de Cine de Estocolmo lo viene a confirmar. Según los organizadores del evento la presencia latinoamericana aumenta en cantidad y calidad

En la vigésima tercera edición del Festival de Cine de Estocolmo se han podido apreciar películas latinoamericanas magnificas como la paraguaya “7 Cajas”de los directores Juan Carlos Maneglia y Tana Schémbori. La película se ha transformado en un fenómeno de taquilla, la más vista en la historia de la cinematografía paraguaya. Tradicionalmente el cine paraguayo no ha sido conocido más allá de sus fronteras, pero “7 Cajas” también ha irrumpido a nivel internacional con un éxito de críticas sin precedente.

7 Cajas” narra las peripecias de Víctor, un joven de 18 años, que sueña con salir en televisión mientras trabaja alquilando su carretilla a los clientes en el Mercado 4, en el centro de Asunción. Un día cualquiera recibe un sospechoso encargo, trasladar siete misteriosas cajas a cambio de cien dólares. Víctor (Celso Franco) y su fiel amiga Liz, magníficamente interpretada por Lali González, deberán intentar llevar estas siete cajas sin contratiempos para obtener el dinero, sin embargo, la misión se irá complicando y dará lugar a persecuciones, peligros, malos entendidos para finalmente trasladarnos a un escenario criminal y policial.

La mayor parte de la película está interpretada en “jopara”, que es el habla que resulta de la mezcla de guaraní y español. Esto le da un aura de autenticidad que ha gustado mucho al público paraguayo. “7 Cajas” parece plasmar el concepto de “sociedad híbrida” del antropólogo argentino Néstor García Canclini, ya que toda la acción ocurre en un espacio cultural-simbólico dominado por lo urbano y lo mestizo.

“7 Cajas” es un thriller de acción “a la paraguaya” plagado de momentos de adrenalina, corridas, desconcierto, sorpresas y una buena dosis de humor. En un momento de la película encontramos un “discurso feminista” a cargo de la coprotagonista, lo que resulta un giro interesante en el argumento. Aunque no es un film de preocupación social, hay elementos de denuncia social que enriquecen la cinta.

Las ocho manzanas que comprenden el Mercado 4 de Asunción son el escenario en que se desarrolla la película y se puede decir que los realizadores han rendido un verdadero homenaje a la cultura popular y callejera de este mercado. La vertiginosa trama de la película transcurre en este universo que a ratos se convierte en la postal paraguaya, en la caricatura urbana de un país que por alguna extraña razón es el más desconocido de Sudamérica.

7 Cajas” en la polémica

La película más exitosa en la historia del cine de Paraguay no ha estado libre de polémica y controversia. El film ha revivido un debate últimamente recurrente en América Latina: Se puede o se debe permitir homenajes a personajes, vivos o muertos, que formaron parte de los aparatos represivos durante las pasadas dictaduras militares?

Familiares de personas detenidas y desaparecidas durante la dictadura de Alfredo Stroessner en Paraguay denunciaron que la película “7 Cajas” reivindicaba a un violador de derechos humanos. La controversia surgió debido a que en la película el actor que interpreta a un comisario de policía lleva en su uniforme el nombre de Blas Schémbori González, acusado por la Comisión de la Verdad y Justicia de represor.

Blas Schémbori fue un ex comisario de la policía y además papá de la codirectora del film, Tana Schémbori. Por iniciativa de ella se colocó su nombre en la película, una manera de homenajear a su padre, recientemente fallecido.

"Violeta se fue a los cielos"





"Violeta se fue a los cielos"

Con más de un año de retraso respecto de su estreno (en el 2011), se muestra en el Festival de Cine de Estocolmo la película “Violeta se fue a los cielos”, del realizador chileno Andrés Wood.
El film se presentó al público escandinavo bajo el título de “Jag vill tacka livet” (Gracias a la vida) - tema que hiciera ampliamente conocido la cantante finladesa Arja Saijonmaa - y a la luz de las primeras reacciones promete continuar su camino de éxito y reconocimiento internacional.
Por: Jaime Penela

“Violeta se fue a los cielos” llegó a Suecia precedida de muy buenas críticas y hasta ahora ha cosechado premios en México, España y Chile. A través de un relato fragmentado la cinta aborda la vida de la artista chilena Violeta Parra.
Andrés Wood es uno de los realizadores chilenos más activos, regulares y conocidos de la última década. Ha traspasado fronteras y recibido premios y reconocimiento internacional por algunas de sus películas anteriores, tales como “La fiebre del loco” (2001), “Machuca” (2005) o “La buena vida” (2008).

En “Violeta se fue a los cielos” Andrés Wood realizó una apuesta arriesgada al abordar la vida de un personaje que, junto con Pablo Neruda y Víctor Jara, son considerados entre las figuras más potentes de la cultura chilena. Porque Violeta Parra goza del respeto y la protección de todo el establishment cultural chileno y su figura ha sido elevada a los cielos, libre de crítica y cualquier reproche, sin embargo, en esta película se la humaniza, se la aterriza, se la presenta como un ser humano complejo y no exenta de contradicciones.

El riesgo que ha tomado Wood ha tenido un resultado satisfactorio porque la película en sus aspectos formales y estéticos, especialmente su fotografía, permite al espectador gozar y participar del universo del personaje. Es una película que con libertad se adentra en los conflictos más íntimos de una artista tremenda y al mismo tiempo genera emociones hermosas en torno a su figura, su obra y a su voz.

El rol protagónico en "Violeta se fue a los cielos” recayó en Francisca Gavilán, una actriz chilena que viene del teatro, y que sin duda alguna es gran parte de la película. Gavilán trabajó diez meses para construir el personaje y el esfuerzo valió la pena. La música del film es interpretada por la actriz de manera notable.

Además del retrato familiar, la narrativa visual de la película nos introduce en los motivos de inspiración más sensibles de la Violeta artística plástica y su conexión indestructible con su lugar de origen, los sonidos de la tierra y la profundidad de lo popular y lo auténtico. Quizás se echa de menos ese lado más político y comprometido de Violeta, pero en términos generales la película ha logrado transmitir a un público universal la esencia de la genial artista.