Literatura Latinoamericana: Del boom al boomerang
Por Jaime Penela
“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo” (Cien anos de soledad)
“Desde la puerta de La Crónica Santiago mira la avenida Tacna, sin amor: automóviles, edificios desiguales y descoloridos, esqueletos de avisos luminosos flotando en la neblina, el mediodía gris. ¿En qué momento se había jodido el Perú?” (Conversación en La Catedral).
Estas dos citas, reconocibles por cualquiera que tenga un básico conocimiento de la literatura latinoamericana, son quizás las más representativas del llamado “boom de la literatura latinoamericana” ocurrido durante las décadas del sesenta y setenta.
El Boom significó la difusión y proyección de autores latinoamericanos a nivel mundial. 1967 fue un año clave para la literatura en español. Ese año Miguel Ángel Asturias recibía el Premio Nobel de Literatura. Este mismo año se publicó “Cien años de soledad”, definitivamente la obra más representativa del “realismo mágico”.
En la década del sesenta también ya se había publicado Rayuela de Julio Cortázar, obra que también causó un gran impacto. En esta generación prodigiosa encontramos también al peruano Mario Vargas Llosa y al mexicano Carlos Fuentes.
Después de la moda del “realismo mágico” vinieron muchos imitadores del estilo y los temas de ese movimiento. Sin embargo, las generaciones de escritores nacidas en los setenta y ochenta se sintieron oprimidas por una cierta “imposición” de ver América Latina con los ojos del realismo mágico.
“A mediados de los noventa nos rebelamos contra lo que llamamos la dictadura del realismo mágico. Claro que ese movimiento tuvo un lado muy positivo para narrar el continente latinoamericano, pero que también tuvo un lado negativo, que era esta visión exótica de Latino América”, señala Edmundo Pérez Soldán, escritor boliviano.
“Perdón por no usar mi traje típico”1
(1)La frase es del escritor chileno Alberto Fuguet y la utilizó en una fiesta en los Estados Unidos a la que se había invitado a varios escritores latinos y a los que se solicitó usar el traje típico de sus países.
Hay dos hitos que ilustran esta ruptura entre la generación del realismo mágico y la literatura latinoamericana actual. Gabriel García Márquez había situado la narración de Cien años de soledad en un pueblo imaginario llamado Macondo. Alberto Fuguet utilizó el nombre de Mc Ondo (en referencia a Mc Donalds) para titular una Antología de la nueva literatura latinoamericana.
Mc Ondo causó mucha controversia y abrió la pregunta de por qué las nuevas generaciones literarias en América Latina sentían ésta necesidad de “asesinar al padre”, utilizando un concepto del psicoanálisis. Literatura Latinoamericana era una “marca de fabrica” que los nuevos escritores querían evitar a toda costa.
En 1996 varios escritores mexicanos firmaron el llamado “Manifiesto del Crack”. En este documento quieren mostrar el cansancio de los escritores jóvenes con la obligación de ser típicamente latinoamericano.
El mexicano Jorge Volpi (1968) es uno de los escritores actuales más representativos y ha señalado que no se trata de “matar al padre sino más bien de ponerlo en la nevera”.”Las últimas generaciones no están interesadas en escribir literatura que tenga características típicamente latinoamericanas. Ahora se quiere escribir sobre cualquier cosa y sobre cualquier lugar del mundo”.
“No me llames frijolero”
“ Frijolero” es el título de una conocida canción del grupo de rock mexicano Molotov. El texto de la pegajosa canción es un reclamo contra los gringos que caricaturizan a los latinoamericanos como campesinos pobres que viven de cultivar y comer frijoles.
Latinoamérica ha experimentado enormes cambios en las últimas décadas. Uno de ellos es que la gran mayoría de sus habitantes residen en las ciudades. Lo rural ha perdido peso en la cultura y la masificación de los medios de comunicación ha tenido una enorme influencia. El continente ha entrado en la sociedad de la información.
Mc Ondo o el Manifiesto del Crack son expresiones de la visión de mundo de las nuevas generaciones urbanas del continente. Qué temas interesan a esta generación literaria? Cuáles diferencias se aprecian con el realismo mágico?
“En lo estético ha habido un cambio”, dice Edmundo Pérez Soldán, y agrega, “yo creo que esta generación ha sido mucho más influida por la televisión, el cine y los ordenadores, y eso se refleja en nuestra estética”.
Cambios en los temas: Predomina lo urbano, lo individual, una mirada escéptica de lo político, a veces un abierto rechazo a lo político. Mucho con los jóvenes, la música y el baile, reflexiones sobre sexualidad, perspectiva de género y minorías sexuales. También los problemas como el terrorismo, la corrupción, el narcotráfico o la delincuencia, por ejemplo, las maras o la vida en las favelas.
La literatura actual tiene un tono mucho menos maniqueista que su predecesora. Los nuevos escritores se ocupan mucho más de lo artístico que de ofrecer “fórmulas mágicas” o utopías al final del camino. También rechaza profundamente las caricaturas étnicas que Europa se ha inventado sobre Latinoamérica. Es una literatura que rechaza el telurismo , el localismo, el provincianismo y las recetas para el buen vivir. Es una literatura sin complejos de inferioridad y abierta al mundo.
ResponderEliminarSobre este tema hay mucho más que comentar.
Sobre este tema hay mucho más que comentar.
ResponderEliminar