Cine indígena: La Rebelión de Kautokeino
Por Jaime Penela
La Rebelión de Kautokeino (Kautokeino-opprøret, 2008)
Noruega/Suecia
Director: Nils Gaup
Elenco: Anni-Kristiina Juuso, Nikolaj Coster-Waldau, Mikael Persbrandt, Michael Nyqvist
En 1852 en el pequeno pueblo de Kautokeino una parte de la población nativa se rebeló espontáneamente contra la colonización noruega, evento que culminó con el asesinato de varios noruegos. "Kautokeino-Upproret" o "La Rebelión de Kautokeino" es una película noruega del ano 2008 que narra desde una perspectiva íntima los hechos que dieron lugar a la rebelión:
En Kautokeino el inescrupuloso comerciante Ruth (Mikael Persbrandt) fomenta en alcoholismo y las deudas entre los indígenas samis que viven del trabajo con los renos. Ruth cuenta con el apoyo del sacerdote y las autoridades locales. El joven Mathis (Aslat Mahtte) de perfil trágico debe pagar deudas de alcohol que no recuerda y el patrimonio de su familia se ve mermado. El conflicto está servido.
Elem (Anni-Kristiina Juuso) la esposa de Mathis inspirada en el discurso religioso del "laestadianismo" ( una secta venida del luteranismo que acentúa la vida sana y el rechazo al alcohol) organiza a la comunidad sami para boicotear el comercio y las instituciones noruegas.
La película aborda la problemática que ha afectado a las comunidades de los indígenas samis en el norte de Europa. Un tema escaso en el cine. Es una película de Noruega con participación sueca en la producción y dos de los más conocidos actores suecos: Mikael Persbrandt (Carl Johan Ruth) y Michael Nyqvist (Lars Levi Laestadius).
Hay quienes han interpretado esta pelicula como la visión de un grupo humano o población que permanece pasiva y requiere de una inspiración religiosa o politica para tomar iniciativa sobre su propio destino, por eso algunos interesados lo venden como un film religioso, pero nada de eso, "La rebelion de Kautokeino NO es una pelicula religiosa.
La Rebelión de Kautokeino es un retrato humano y de denuncia social en toda regla con el transfondo de la pertenencia a un grupo étnico y unos paisajes que estremecen e inquietan por lo mágico de los mismos.
“La Rebelión de Kautokeino” no es la clásica película sobre indígenas a los cuales se caricaturiza y se los pone en una posición exclusivamente de víctimas del colonizador. Aunque hay un gran respeto por la relación de los samis con la naturaleza, el film no se queda en cliché de la pachamama. No se pretende idealizar ninguna forma de vida, sólo se quiere mostrar el conflicto y sus consecuencias en personas enfrentadas al poder.
Del "buen salvaje al buen vivir"
El cine ha sido un poderoso instrumento para visibilizar grupos étnicos y sus conflictos. El cine indígena o sobre indígenas ha experimentado una interesante evolución las últimas década, un viaje maniqueísta en que los indígenas han dejado de ser representado como el salvaje peligroso e irracional al "buen salvaje", ese que está en armonía con la naturaleza.
El hombre blanco tiene todavía una imagen Walt Disney de los indígenas en la que subyacen las fantasias inconcientes de un hombre urbano culto, europeo y americano, que sufre la ensonación de un paraiso perdido en que hombres y animales viven en armonía con la naturaleza y en esta construcción los indígenas encarnan la bondad del alma, el lugar del ser nativo y naiv y al mismo tiempo parte del decorado natual y sin individualidad: El indio como objeto de una fantasia utópica, un ecologista socialista con perfumes místicos.
El cine indígena se encuentra en un momento clave ya que parece ser que la sensibilidad New Age da paso a un mirada más compleja e intima de aquello que llamamos "las minorias étnicas". Una mirada que se ha cansado del "poncho de víctima" con que vestimos a indígenas todo el tiempo.
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